Guided by voices
Alien lanes
Matador
1995
Si los discos fueran cómics, Alien Lanes de Guided by Voices sería un fanzine fotocopiado en blanco y negro, con las páginas mal cortadas, pero repleto de ideas brillantes en cada viñeta. Lanzado en 1995, este álbum es el sonido de una banda que no necesita pulir nada para ser grandiosa. Es lo-fi en su máxima expresión: grabaciones crudas, producción casera y canciones que terminan antes de que puedas procesarlas, como si Robert Pollard y compañía estuvieran demasiado ocupados escribiendo la siguiente pieza maestra como para detenerse a afinar la anterior.
30 años cumple hoy esta obra que contiene 28 canciones en 41 minutos, Alien Lanes no es un disco para los que buscan estructuras convencionales. Aquí las canciones entran y salen como pensamientos fugaces, como fragmentos de una radio pirata que cambia de frecuencia sin previo aviso.
Desde el arranque con “A Salty Salute”, el disco deja claro su tono: un himno borroso que suena a una banda tocando en un garaje con cervezas en la mano. “Watch Me Jumpstart” y “Game of Pricks” son Guided by Voices en su forma más pura: guitarras grabadas en un portastudio, pero con una energía y un gancho melódico que la mayoría de las bandas matarían por escribir.
Luego están los momentos extraños y fragmentarios, como “Cigarette Tricks”, una canción que dura 19 segundos, o “Ex-Supermodel”, que parece la idea de una canción más que una canción completa. Pero ese es el punto de Alien Lanes: es un álbum que no se preocupa por ser perfecto, solo por existir en su estado más puro. No hay miedo al boceto, a la idea inacabada. Es música en su forma más directa y espontánea.
“As We Go Up, We Go Down” tiene una estructura de pop clásico disfrazada de grabación amateur, mientras que “My Valuable Hunting Knife” es una de esas joyas escondidas que sólo Guided by Voices puede hacer: corta, dulce y extrañamente nostálgica. “Motor Away”, por otro lado, es lo más parecido a un hit que el álbum ofrece, una canción que podría haber sido un clásico del rock si no sonara como si hubiera sido grabada con un micrófono envuelto en papel aluminio.
Y ahí está el truco de Alien Lanes: su encanto radica en su imperfección. No es un disco que se edite hasta la muerte ni que busque la pulcritud de estudio. Es un álbum que vive en el momento, capturando la emoción de cada canción sin preocuparse por la producción o la ejecución técnica. Alien Lanes es un recordatorio de que el rock no necesita ser perfecto para ser inolvidable. En una época en la que el indie rock estaba comenzando a profesionalizarse, Guided by Voices llegó con un álbum que se sentía más punk en espíritu que muchas bandas de punk. Es un disco que parece un accidente, pero que en realidad es un golpe de genialidad.